El calor que se libera al quemar combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo o el gas, genera el vapor que impulsa unas grandes turbinas para producir electricidad. En estas centrales se puede generar electricidad de forma fiable durante largos periodos de tiempo.
El impulsor principal puede ser una turbina de vapor, una turbina de gas, o, en las centrales pequeñas, un motor alternativo de combustión interna. En todas las centrales se utiliza la energía del gas en expansión, ya sea vapor o gases de combustión. Las centrales eléctricas de combustibles fósiles seguirán siendo de gran importancia en el suministro de energía orientado a las necesidades. Forman la base de una combinación energética operativa que es imprescindible para afrontar los principales retos actuales y futuros. Tanto la refrigeración como el precalentamiento y la recuperación del calor, son funciones clave en todos los procesos complejos de las centrales eléctricas de combustibles fósiles modernas y eficientes. Ofrecemos todas estas soluciones de productos en diversos diseños, como economizadores, calderas de calor residual, condensadores, precalentadores de aire, enfriadores de agua y aceite, radiadores y muchos más.
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