En el caso del pescado, en particular, se aplican requisitos estrictos a los proveedores, compradores y restaurantes. Debe congelarse a –20 °C durante 24 horas o a –35 °C durante 15 horas para eliminar ciertos parásitos.
La congelación profunda en aplicaciones médicas y de laboratorio, como la conservación de sangre, siempre supone un reto. Dado que la vida humana depende de la calidad del plasma sanguíneo, en casos concretos es fundamental que la temperatura ambiente se mantenga constante a -60 °C o menos.
Una buena ventilación es fundamental para mantener la distribución de la temperatura en la zona de almacenamiento congelado lo más uniforme y constante posible. También supone un reto debido al comportamiento humano. Es imposible planificar cuándo y con qué frecuencia alguien entrará en una zona de congelación profunda, especialmente en entornos médicos y de laboratorio. Cada vez que se abre la puerta y cada segundo que permanece abierta, entra calor y, lo que es más importante, humedad. La humedad se condensa en la superficie del enfriador de aire y reduce la capacidad de refrigeración.
A continuación, el enfriador debe descongelarse lo más rápidamente posible para evitar fuertes fluctuaciones de temperatura y se debe impedir que el calor que genera entre en la sala.
La gama de enfriadores de aire personalizados se puede diseñar con las siguientes opciones:
- Variantes de temperatura ultrabaja.
- Construcción limpiable.
- Integración de luz UVC disponible.
- Recubrimiento de bobina apto para alimentos KºCoat.
- Tubo, aletas y carcasa de acero inoxidable.